martes, 26 de abril de 2011

Subirme al tren!

Yo me recuerdo gorda. Y arranco a los 13/14 años. Al principio este tema, obvio, no era de mi incumbencia. Estaba en otros: "hacerme señorita", más luego, que no se notara que "estaba en esos días", lograr que me dejaran ir a bailar (infructuosa tarea...), en fin...
Cuando finalmente llegó "mi novio" nos pusimos enseguida de acuerdo en la carrera de ingerir. Obviamente por algo existe el refrán: "siempre hay un roto para un descosido". La vida siempre complota a nuestro favor. Si yo estaba en una situación de querer comer, seguramente, no iba a tener un novio que me dijera de ir al gym o hacer una dieta. Y asi seguí sumando kg en esta carrera armamentista. 

Un día, descubrí la primer manera de bajar de peso, ALCO (Anónimos Luchadores Contra La Obesidad o gordos anónimos como se suele llamar a estos grupos de autoayuda). Efectivo por cierto pero no sustentable en el tiempo porque soy bastante (o era) inconstante y ante el primer resultado, creí conocerlo y que sola podría mantenerlo... No comments.
Más tarde, se acercaba la fecha de mi casamiento y habiendo recobrado peso, debía descender mucho en poco tiempo, así que consulté "un médico homeópata" (buena excusa, para delante de los demás, no decir que miércoles estaba haciendo...). Este sería el primer "pseudo médico homeópata" de los 3 que conoceriera hasta hoy. Digo así porque obviamente no eran homeópatas, sino un nuevo tipo de monstruosidad indefinida, que llevan dinero a sus bolsillos usufructuando el sufrimiento de algunos...

Me inicié en un viaje de "pastillas locas". Las llamo asi, porque nunca supe bien que tenían, pero... BAJABA DE PESO MILAGROSAMENTE, ¿qué mas pedirle a la vida?En ese momento era lo que yo queria! Por lo que aprendí, estas pastillas tienen como componentes principales, diuréticos y, si se baja rápido de peso, las tan temibles anfetaminas.
Llegúe a pesar 77 kg, pero como contrapartida, sufría de desmayos y no coordinaba lo que decía con mi rapidez mental. Pensaba rápido pero parecía que tenía la lengua dormida... Toda una sensación... Me pasó una vez que estaba tocando el portero eléctrico de la casa de mi mamá y fue lo último que recuerdo ya que me desvanecí. Cuando recobré el conocimiento, estaba en su casa, acostada. Nunca supe quien me acercó desde la entrada del edificio a su departamento. Qué recuerdo triste.. Al poco tiempo de este episodio, dejé de empastillarme con estas pastillas.

El conocido efecto rebote al largar las pastillas, existe... Porque comia, porque no hacía pis, porque tenía ansiedad, porque porque porque... Engordé 30 kilos... si, de 77 me fui a 107 kg en 1.58 m de estatura... Y de este período recuerdo, que nada me importaba, mucho menos verme a un espejo. Y si me veía, mucho no registraba, porque era muy miope.
Me separé. Volví a la casa de mis padres. Y mis días transcurrian entre el trabajo y la casa. Así de lunes a viernes. Los fines de semana eran a puro vértigo: prendía la TV y la apagaba sólo cuado me iba a dormir, asi hasta el lunes para comenzar otra semana. Durante 3 años este fue mi ritmo. Levantarme, comer. Trabajar, comer. Volver a casa, comer. Ver tele, comer. Dormir, comer.


2 comentarios:

  1. ¡Cómo te entiendo! Esa vorágine, esa montaña rusa de la que parece que nunca te vas a poder bajar... y llega el "como cuando estoy mal, como cuando estoy bien, como para festejar, como cuando estoy aburrida, como como como..."

    A veces me pasa de recordar las locuras que hice en el pasado (con doctores locos incluidos) y digo "no puede ser"... Y fue, pasó en serio, pero poder decir que algo "pasó" es siempre un gran avance. Uno de esos pequeños logros personales que tanto bien nos hacen.

    ¡Has recorrido un largo camino, muchacha!

    Te sigo.
    Besos,

    Belén :)

    ResponderEliminar
  2. Felicitaciones, San! Cuántos cambios. Espero poder ayudarte en este nuevo recorrido. Sabés que podés contar conmigo. Beso grande.

    Gus

    ResponderEliminar