miércoles, 27 de abril de 2011

Quedarme en el Tren!

Un buen día decidí empezar a cuidarme. Y como quién va al doctor porque le duele la panza, o al dentista si te duele un diente, fui a un psicólogo. Estaba inmovilizada, mental y físicamente. No sabía por dónde arrancar. Y ese paradójicamente fue el puntapié inicial... Asi me presenté en "Freud": "no se por donde empezar". Y la terapia duró casi 5 años. Fueron años muy productivos... 
Apareció la 1º megaoportunidad: de operarme de la miopia. Yo había ido al oculista para renovar mis lentes de contacto y él se plantó en no darme la receta, para que no gastara porque según el, en menos de un mes estaría operada. Le agradecí enormemente, pero yo quería sólo esa receta, la operación podía esperar. Pues bien, no quiso hacermela no hubo caso, era más tosudo que yo... A la semana de esa visita, me hicieron una topografía de cornea y a los 20 días, me estaban operando el ojo izquierdo. Y después, el derecho! Me tomó casi 4 meses empezar a ver bien, era muy miope. Sin embargo, a corta distancia, empece a ver mejor casi de inmediato...

Cuando me duché después de la operación, quedé mirandome en el espejo y no sólo la cara, sino por completo... Ese fue el primer intento de alineación entre mi mente y la realidad. Yo había sido miope justamente desde mis 13/14 años (¿una coincidencia con empezar a ser gorda?). 
Yo no sabía que tenía un cuerpo con aquellas dimensiones. No me agradó, no me disgustó tampoco. Fue un avistaje de reconocimiento: de mi ombligo (sonriente, como me dijera alguna vez mi hermano porque era un pliegue y no se notaba la marca de nacimiento...), de mis pechos (que sabía eran prominentes -herencia de familia-, pero no sabía de sus formas y tamaño -me compraba corpiños, pero se ve eran para otra y no para mi...), de mi panza (dividida en dos a la altura de la cintura) igual que mi cara (por la papada) y mis piernas rollizas. Botero me hubiera contratado como modelo para sus esculturas, pero estaba sola en mi baño frente al espejo, con la sensación de estar con una desconocida...

Al poco tiempo y con el afán de modificar esa imagen, tuve mi 2º encuentro con un PMH (pseudo médico homeópata) cuya relación se mantuvo por más de 8/9 años... Toda una relación... (duré más que con mi ex marido, jajajaja). Este no fue tan pernicioso como el primero, eso supongo, al menos no andaba desmayándome por ahi.. Bajé de los 107 a 85 kg. Interrumpí el pastillaje, porque una tarde como habitualmente lo hacía cada dos meses, fui a visitar a mi PMH a su consultorio. Toque el timbre y nadie atendió. El encargado del edificio, se ve, notó mi insistencia y salió a mi encuentro. Fue él quien me dijo que lo habían asesinado una tarde al regresar a su casa, para intentar robarle. Tenía después de tanto tiempo, estima por él. ¿Qué iba a hacer ahora?

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