jueves, 28 de abril de 2011

Cambios

Al año de estar yendo a mi terapia hice algo que tenía pendiente. Fui a tomar clases de teatro. Me proporcionó otras herramientas. El mundo lo empecé a captar de otra manera. Entendí lo maravilloso de las diferencias y de como pueden coexistir armónicamente. Me volví más flexible, física, mental y anímicamente. Fue un antes y un después en mi vida. Tenía 34 años.

Volviendo a las pastillas locas... Yo sabía que no eran buenas y me estaba resistiendo a tomarlas. Una dicotomía... Por un lado sabía que eran una porquería, pero por el otro, era tanto el miedo a engordar que no quería dejarlas... Así que cuando pasó lo de el PMH, dije que era una señal para probar otra cosa. De animarme.
Gracias al soporte de una amiga, empecé a tomar jugos de verduras y frutas y me "interné" en un gym. De L a V, estaba ahí con Carmen 40 minutos, haciendo mi rutina. Algo impensando, inesperado, conociéndome... Así durante 7 meses.
Igualmente y pese a los recaudos que tomé, engordé de peso al largar las pastillas locas... Me deprimí, no podía tolerar que la balanza, indicara más peso que unos meses atrás. Me daba bronca y lo peor, mucho miedo...

miércoles, 27 de abril de 2011

Quedarme en el Tren!

Un buen día decidí empezar a cuidarme. Y como quién va al doctor porque le duele la panza, o al dentista si te duele un diente, fui a un psicólogo. Estaba inmovilizada, mental y físicamente. No sabía por dónde arrancar. Y ese paradójicamente fue el puntapié inicial... Asi me presenté en "Freud": "no se por donde empezar". Y la terapia duró casi 5 años. Fueron años muy productivos... 
Apareció la 1º megaoportunidad: de operarme de la miopia. Yo había ido al oculista para renovar mis lentes de contacto y él se plantó en no darme la receta, para que no gastara porque según el, en menos de un mes estaría operada. Le agradecí enormemente, pero yo quería sólo esa receta, la operación podía esperar. Pues bien, no quiso hacermela no hubo caso, era más tosudo que yo... A la semana de esa visita, me hicieron una topografía de cornea y a los 20 días, me estaban operando el ojo izquierdo. Y después, el derecho! Me tomó casi 4 meses empezar a ver bien, era muy miope. Sin embargo, a corta distancia, empece a ver mejor casi de inmediato...

Cuando me duché después de la operación, quedé mirandome en el espejo y no sólo la cara, sino por completo... Ese fue el primer intento de alineación entre mi mente y la realidad. Yo había sido miope justamente desde mis 13/14 años (¿una coincidencia con empezar a ser gorda?). 
Yo no sabía que tenía un cuerpo con aquellas dimensiones. No me agradó, no me disgustó tampoco. Fue un avistaje de reconocimiento: de mi ombligo (sonriente, como me dijera alguna vez mi hermano porque era un pliegue y no se notaba la marca de nacimiento...), de mis pechos (que sabía eran prominentes -herencia de familia-, pero no sabía de sus formas y tamaño -me compraba corpiños, pero se ve eran para otra y no para mi...), de mi panza (dividida en dos a la altura de la cintura) igual que mi cara (por la papada) y mis piernas rollizas. Botero me hubiera contratado como modelo para sus esculturas, pero estaba sola en mi baño frente al espejo, con la sensación de estar con una desconocida...

Al poco tiempo y con el afán de modificar esa imagen, tuve mi 2º encuentro con un PMH (pseudo médico homeópata) cuya relación se mantuvo por más de 8/9 años... Toda una relación... (duré más que con mi ex marido, jajajaja). Este no fue tan pernicioso como el primero, eso supongo, al menos no andaba desmayándome por ahi.. Bajé de los 107 a 85 kg. Interrumpí el pastillaje, porque una tarde como habitualmente lo hacía cada dos meses, fui a visitar a mi PMH a su consultorio. Toque el timbre y nadie atendió. El encargado del edificio, se ve, notó mi insistencia y salió a mi encuentro. Fue él quien me dijo que lo habían asesinado una tarde al regresar a su casa, para intentar robarle. Tenía después de tanto tiempo, estima por él. ¿Qué iba a hacer ahora?

martes, 26 de abril de 2011

Subirme al tren!

Yo me recuerdo gorda. Y arranco a los 13/14 años. Al principio este tema, obvio, no era de mi incumbencia. Estaba en otros: "hacerme señorita", más luego, que no se notara que "estaba en esos días", lograr que me dejaran ir a bailar (infructuosa tarea...), en fin...
Cuando finalmente llegó "mi novio" nos pusimos enseguida de acuerdo en la carrera de ingerir. Obviamente por algo existe el refrán: "siempre hay un roto para un descosido". La vida siempre complota a nuestro favor. Si yo estaba en una situación de querer comer, seguramente, no iba a tener un novio que me dijera de ir al gym o hacer una dieta. Y asi seguí sumando kg en esta carrera armamentista. 

Un día, descubrí la primer manera de bajar de peso, ALCO (Anónimos Luchadores Contra La Obesidad o gordos anónimos como se suele llamar a estos grupos de autoayuda). Efectivo por cierto pero no sustentable en el tiempo porque soy bastante (o era) inconstante y ante el primer resultado, creí conocerlo y que sola podría mantenerlo... No comments.
Más tarde, se acercaba la fecha de mi casamiento y habiendo recobrado peso, debía descender mucho en poco tiempo, así que consulté "un médico homeópata" (buena excusa, para delante de los demás, no decir que miércoles estaba haciendo...). Este sería el primer "pseudo médico homeópata" de los 3 que conoceriera hasta hoy. Digo así porque obviamente no eran homeópatas, sino un nuevo tipo de monstruosidad indefinida, que llevan dinero a sus bolsillos usufructuando el sufrimiento de algunos...

Me inicié en un viaje de "pastillas locas". Las llamo asi, porque nunca supe bien que tenían, pero... BAJABA DE PESO MILAGROSAMENTE, ¿qué mas pedirle a la vida?En ese momento era lo que yo queria! Por lo que aprendí, estas pastillas tienen como componentes principales, diuréticos y, si se baja rápido de peso, las tan temibles anfetaminas.
Llegúe a pesar 77 kg, pero como contrapartida, sufría de desmayos y no coordinaba lo que decía con mi rapidez mental. Pensaba rápido pero parecía que tenía la lengua dormida... Toda una sensación... Me pasó una vez que estaba tocando el portero eléctrico de la casa de mi mamá y fue lo último que recuerdo ya que me desvanecí. Cuando recobré el conocimiento, estaba en su casa, acostada. Nunca supe quien me acercó desde la entrada del edificio a su departamento. Qué recuerdo triste.. Al poco tiempo de este episodio, dejé de empastillarme con estas pastillas.

El conocido efecto rebote al largar las pastillas, existe... Porque comia, porque no hacía pis, porque tenía ansiedad, porque porque porque... Engordé 30 kilos... si, de 77 me fui a 107 kg en 1.58 m de estatura... Y de este período recuerdo, que nada me importaba, mucho menos verme a un espejo. Y si me veía, mucho no registraba, porque era muy miope.
Me separé. Volví a la casa de mis padres. Y mis días transcurrian entre el trabajo y la casa. Así de lunes a viernes. Los fines de semana eran a puro vértigo: prendía la TV y la apagaba sólo cuado me iba a dormir, asi hasta el lunes para comenzar otra semana. Durante 3 años este fue mi ritmo. Levantarme, comer. Trabajar, comer. Volver a casa, comer. Ver tele, comer. Dormir, comer.


lunes, 25 de abril de 2011

Oportunidades

Este blog es el fruto de una charla con Beils y su constante incentivo a plasmar en letras mis sentimientos, sensaciones, experiencias, etc. Son años...

Parte entonces siendo un lugar en donde poder "leerme" y como segunda finalidad, si se puede, compartir... Es el verbo que más me gusta... compartir, ya que pese a cualquier diferencia (altura, peso, edad, religion, cultura, etc) si se quiere se puede compartir igual.

Me di cuenta que soy una gran captadora de "macroportunidades" y "microportunidades", dícese en mi diccionario:
Macroportunidades: grandes oportunidades, esas que marcan un antes y un después en la vida de alguien.
Microportunidaes: pequeñas oportunidades que te facilitan la vida y, a veces de pequeñas que son, no las tomamos como tal o sea oportunidades... (ej: voy para allá yo también, si querés te alcanzo!)
La última macroportunidad que "apareció" en mi antigua vida, fue en junio del año pasado. Y fue precisamente la oportunidad para cambiar radicalmente, de ahi que haga énfasis en mi antigua vida y mi nueva vida.
En junio del año pasado, se empezó a pergeniar la posibilidad de realizarme una cirugía bariátrica, más precisamente una manga gástrica. Era el cumple de Lorena (mi hermana menor) cuando como todos los años para la misma fecha, me encontré con su amiga Bárbara. Bárbara es médica y trabajaba hasta dónde yo sabía en un hospital. Pero... resultó ser, que ante mi pregunta, no trabajaba más ahi sino que estaba con un grupo de profesionales realizando este tipo de cirugías. Ella me incentivó a visitar a este grupo (cuando ni tenía en realidad, dinero para la consulta...) y me tomé un tiempo para tomar la decisión de ir hacia ellos... Y el 9 de marzo pasado, después de 9 meses, me operaron...

Me maravillo de este proceso. O sea, la oportunidad, reconocerla como tal. Generalmente es una ayuda para que cambiemos para mejor. Y junto a ella, también aparece el camino a seguir y las herramientas para poder llevar el cambio a cabo. 
Sólo nos hace falta una cosa: tener el valor, el coraje para aceptar el desafío, el riesgo... Menuda tarea... confiar... 

No soy tan omnipotente para pensar que si algo bueno aparece tiene "la quinta pata del gato", acepto que me pasen cosas buenas. Y si acepto y confío que mal puede pasar? Si hasta puedo evaluar los riesgos y ante "las taladrantes dudas", informarme. Saber y confiar.
¿Era una posibilidad para mi? No quería ver espejismos sino ver resultados... No hablo de estadísticas, sino ver y conocer personas que hubieran atravesado esa experiencia. 

Yo no era el estereotipo de obesa con más de 30 kg de sobrepeso... (pese que a la fecha, ya bajé 11 kilos, era y ahora aún más)
Soy un ser saludable.
Tengo muy buen humor y muchos y buenos amigos.
Tengo muy buen sexo.
Tengo un buen trabajo.
Me puedo poner jeans y atar los cordones, pasar por un molinete y sentarme en una butaca de cine.
Entre otras...
Entonces por qué tomar esta decisión? 
Porque por primera vez en mi vida, proyecté...
Porque por primera vez en mi vida, planeé...
Me di cuenta que era el primer proyecto de mi vida y que justo el proyecto era MI VIDA desde ese preciso instante hacia adelante.

Se sabe que la obesidad es una enfermedad, en cómodas cuotas para mí... Se parece a esas hipotecas con intereses leoninos, que al final, igual perdés tu casa... Qué alto es el precio...
Se toma el tiempo de oradarnos como si fuera el cañón del Colorado y un buen día te levantas con "x" kg de más que no sabés de dónde vinieron...Asi como la gotita hace lo suyo en las piedras, los gramos/kilos van haciendo lo suyo también... Y como el cañón, la obesidad está y no se va, no se puede cambiar su fisonomía y en vez de flora creciendo a la vera de un río, tenemos índices que se cuelgan de nuestro pellejo, glucemia, trigliceridos, colesterol, etc.
Y mi vida no era más mi vida, sino una serie de porcentajes, valores, etc. Me coparon... me ocuparon mi vida y no me di cuenta... Quiero vivir y mucho tiempo, lo más que pueda... No se trata de ropa, de un maquillaje, de un corte de pelo, de un hombre, de tener un hijo, un trabajo, sino de vivir. 

Básico, elemental, vivir. Instinto vital...

Después sigo...
Gracias Beils ♥